Reinventarse uno mismo de nuevo – una conversación con Richard Bosman

por Maylin Pérez

De padre holandés y madre australiana, naciste en India pero eres australiano y vives en Nueva York. Diversas situaciones te han proporcionado una vida multicultural y dinámica. ¿Cómo ha influido esto en tu carrera artística?

He viajado mucho y he estado en todos los continentes excepto en la Antártida. Me inspira la búsqueda de nuevas imágenes. Soy un poco cauteloso con la lectura autobiográfica del arte, pero es algo ineludible. Lo contrario sería alguien como Morandi. Me gusta viajar y conocer diferentes culturas, disfruto esa sensación de ser un extraño.

Richard-Bosman

"Siempre me ha gustado hacer obras impresas que obliguen a reducir la imagen a su esencia."

DOWNFALL

Serigrafía, 36.2 x 27 in (92 x 68.5 cm)
Producida sobre papel Canson  100 % algodón de 300 g

A finales de la década del 60 fuiste a Londres a estudiar arte, justo en el momento del esplendor del Swinging London con una escena fascinante de grandes cambios sociales, especialmente en la moda y la cultura. ¿Cómo describirías tu experiencia en esta etapa si la comparas con tus estudios posteriores en Nueva York?

Londres fue genial durante los años 60. Fui a una pequeña escuela de arte, The Byam Shaw, que eran todas clases de estudio. Básicamente era una escuela secundaria que preparaba a los alumnos para entrar a Slade, Royal College y Royal Academy. Las chicas iban a clases con minifaldas y gorros. Los Mods (Scooters decoradas) estaban de moda y la gente era muy consciente de vestirse con estilo. Estuve allí durante 2 años y decidí ir a New York Studio School, que tenía una facultad fabulosa. El estilo era muy diferente: jeans y una camiseta o un viejo atuendo militar. Yo solía ​​usar corbata, en parte porque tenía un trabajo a tiempo parcial y también para ser un poco diferente. Terminé la escuela alrededor de 1969 y pasé la siguiente década sobreviviendo en Nueva York. Tenía diversos trabajos menores durante el día y pintaba por la noche. Supongo que la obra reflejaba el estilo predominante en ese momento (en su mayoría abstracta) y no se sentía terriblemente original.

Al regresar a Nueva York, participaste en tu primera exposición colectiva titulada Illustration & Allegory, en el año 1980, organizada por Brooke Alexander, Inc., una de las galerías más reconocidas por su trabajo con obras originales y diversas técnicas de impresiones sobre papel , tales como: punta seca, grabados, aguatintas, litografías, serigrafías, entre otras. ¿Qué significó para ti realizar este show en colaboración con otros artistas como Robert Longo?

Mi primer show fue una mezcla del mar e imágenes alegóricas chinas. Casi todo el arte era abstracto en ese momento e Illustration & Allegory fue un ejemplo temprano de la nueva figuración, más tarde conocida como neoexpresionismo. Brooke Alexander visitaba mi estudio con regularidad, interesado por los grabados en linóleo y las pinturas que posteriormente yo hacía a partir de las obras impresas. Tenía una larga trayectoria en la publicación impresa y acababa de empezar a representar a pintores. La exhibición recibió publicaciones favorables en las revistas The New York Times y Art. El otoño siguiente tuve mi primer show individual con Brooke.

La década del 80 fue muy exitosa en tu carrera profesional. En esta floreciente etapa complementaste el estilo figurativo expresionista con obras inspiradas en el cine negro, con gran dosis de acción y fotografía estática. Es evidente la influencia cinematográfica. ¿Qué te atrajo de combinar dichos elementos en tu obra?

Tuve que preguntarme quién era y qué me hacía diferente. Así que comencé a usar imágenes de cómics chinos (Chinatown me quedaba detrás) y la naturaleza alegórica de las iconografías me atrajo. También leía a Robert Van Gulik, un autor holandés que tradujo las historias de The Judge Dee de la antigua China. Posiblemente son las primeras historias escritas de misterio.  Uno de los personajes, el juez Dee, era a la vez detective y abogado. La mayoría de los crímenes se resolvieron mediante sueños o intuiciones extrañas. Todo esto condujo naturalmente al cine negro contemporáneo.

En años posteriores desarrollaste obras en serie, inspiradas en la naturaleza, la historia, el viaje y el ser humano realizando distintas acciones que van desde lo cotidiano como nadar en una playa o hasta lo impredecible como llorar desesperadamente bajo la lluvia. ¿Qué te motiva a cambiar de un tema a otro y cómo se articula dentro del mercado de arte?

Hacer arte figurativo a principios de los 80 trajo consigo un nuevo conjunto de cuestiones sociales, políticas, culturales, etc. que no estaban presentes en el arte abstracto. Hubo más énfasis en reinterpretar el contenido que vino con la introducción de la figura y cómo se relacionaba con la sociedad en ese momento. Fue muy liberador y abrió un nuevo conjunto de posibilidades. Me gustaría mantener esa libertad en lo que respecta al tema. Siempre me ha gustado hacer obras impresas que obliguen a reducir la imagen a su esencia. También su aspecto democrático, que al ser múltiple lo hace más accesible.

Actualmente estás colaborando con Multiplo en un nuevo proyecto con la obra Downfall, impresa en serigrafía. ¿Qué importancia tiene para ti realizar este proyecto trabajando con la familia Roux, destacados coleccionistas de arte contemporáneo con base en Latinoamérica?

La mujer que grita bajo la lluvia representa una especie de femme fatal o un personaje de cine negro. Las interpretaciones de la escena pueden ser diversas, pero tal vez ella se está reinventando de nuevo. Esta colaboración con Multiplo es muy singular y exclusiva porque no tengo ningún proyecto como este en Latinoamérica. Siempre estoy emocionado de ver algo nuevo que incluya mi arte, lo cual considero una forma de viajar.

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